Para muchos de nosotros como usuarios de las tecnologías, se nos hace fácil compartir y publicar importantes hechos, aun sin saber si la información es correcta, llegamos a impactar a una gran cantidad de población.
Uno de los impulsos insólitos de la tecnología fue al momento de esparcir la noticia de la muerte del cantautor Michael Jackson que, en el 2004, Se propagó a través de la red que había muerto por una sobredosis con pastillas para dormir.
Facebook, Twitter y páginas web son las redes más usadas para diseminar las informaciones de personajes públicos y así mismo poder lastimar sus carreras profesionales como es el caso de Steve Jobs, quien por una noticia falsa en redes sociales en menos de un día llevó a que se bajaran las acciones de la compañía.
Para Omar Villota experto en cibercultura explica que el asunto se ubica en la capacidad de acción y anonimato que ofrece el internet, “En la red se puede gestar de una manera más clara la fantasía, porque todos tenemos el poder de manejar la información y fortalecer los imaginarios propios”. Según dice, la avalancha de muertes de estrellas puede ser una reacción que pretende alimentar el ego escondido de quien hace la trampa, alimentar la confusión o ser la herramienta para burlarse de todo el caos mediático que se creó a partir de la muerte de Michael Jackson.
El Internet es una de las herramientas más importantes para el ser humano, pero el ser humano no la utiliza de la mejor forma, es utilizada para cosas inmorales y para esparcir informaciones irreales.
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